Aguanté la respiración por el
bombeo de tu sangre
a través de las venas de tu muñeca
derecha.
Presionaba mis dedos sobre tu piel
y tu pulso gritaba con fiereza en
mitad de una caricia.
Reflejaba tus ansias.
Tu mirada se clavaba en mi cabeza
con parpadeos lentos.
Tu mente escondía todo un
laberinto de pensamientos imposibles de adivinar.
Tus dientes acabaron rozando los
míos en mitad de la guerra
que desataron nuestras bocas.
Mis labios salieron malheridos,
como el soldado que se alista por
primera vez en el ejército,
y, sin miedo, se lanza a la peor batalla.
Guardamos la compostura mientras
nos enfrentábamos a las ganas,
todo a milímetros del enemigo.
Nariz con nariz.
Poniendo como polvo de arena que
nos mancha la piel,
nuestra entrecortada respiración.
Valiente de mí al desafiarte ante
mi retirada milimétrica de tu cara.
Cuando tus manos agarraron con
fuerza mi cabeza
violando los centímetros de
distancia,
y volviste a marcar el territorio
de juego.
Nuestro ring de pelea.
Cuando sin querer queriendo,
la noche se nos venía encima.
El valor tiene siempre su recompensa. Creo que es la mejor estrategia. Al menos, la más sincera.
ResponderEliminarBesos, Marisa.
La verdad que se siente uno tan vivo leyendo esto que no vale decir que si es mejor o peor que nada, aunque difiscilmente habrá algo que transmita más.
ResponderEliminarArte, porque perfecto. Perfecto, porque arte. Viceversa, punto y sigue. Belleza, dulzura, frío, calor, sudor, abrazos que desearías que fueran eternos, sonrisas, sentirse realizado, lágrimas en los ojos que no tienen explicación, sueño, no querer pestañear, si quiera. Da igual dónde, pero así.
Carlos Guerrero Jiménez (así es mi nombre, búscame en facebook, Marisa)
dinámico poema sobre distancias y territorios donde pulula el amor.
ResponderEliminarAbrazos
Arena milimétrica en los delirios del amor, mientras nos quede a los dos...
ResponderEliminarPrecioso
Tu mente escondía todo un laberinto de pensamientos imposibles de adivinar.
ResponderEliminarGenial¡¡¡
Brindo por los días de paz
ResponderEliminary la guerra de nuestras noches...
Ese valor que hace falta en tantas ocasiones, cuando se quiere cruzar esa frontera tan escasa en centímetros y tan larga y dificil en sentimientos. La frontera del beso que se quiere dar y se duda, por todas las cosas buenas y malas que puede provocar
ResponderEliminar"Tu mente escondía todo un laberinto de pensamientos imposibles de adivinar." Me gusta
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Un abrazo :)
Esas ganas!!! Que no mueran nunca... Que rasguñen y dejen marcas que te dejen recuerdos de valor, de presunción y nos regales de tus memorias este tipo de descripción... Ráfagas de deseo...
ResponderEliminar"Guardamos la compostura mientras nos enfrentábamos a las ganas,
ResponderEliminartodo a milímetros del enemigo."
Realmente increíble, porque además son todas y cada una de tus entradas las que me hacen estremecer. Me quito el sombrero antes ti. Sigue así , por favor. Mi más sincera enhorabuena.