"No creo que seas mi último tren
porque ese será el que descarrile".
- Carlos Salem -
Tengo la mala costumbre
de dejar la ropa tirada por los suelos,
o al borde de la cama,
para recogerla horas
después
o a la mañana siguiente,
qué más da.
Voy perdiendo la cordura
con cada uno de tus pasos
mientras te vas
acercando a mí.
Y también la compostura,
la seriedad.
Aunque tiemblo.
Tiemblo porque eres tú
el que quiere encerrarnos entre cuatro
malditas paredes
para que la poesía, por
una puta vez,
nos haga a nosotros.
Nos folle, pero bien,
como solemos hacer
nosotros con ella.
Eres tú el que sabes
mejor que nadie desahogarte a golpe de letra
y tambalear mi mundo.
Eres tú quien pinta los
días de colores
aun insistiendo en que eres
gris
(vale, sí, que a veces quisieras destrozar algo bonito
para enseñarme toda la mierda que te guardas dentro,
para que me crea eso de tu color gris y no te discuta más).
Y yo te digo que no, que
tienes una explosión cromática dentro,
pero no me terminas de
escuchar.
Y dices que la poesía se
asemeja mucho al color de mis labios
rojos
igual que mis mofletes
cuando me sonrojo,
y mi sonrisa tímida se
vuelve protagonista.
Y dices que eso es el
término felicidad
y también la definición
de vida.
Y me siento pequeña,
“pequeña y abrazable”.
Soy yo la kamikaze que
intenta asesinar al tiempo
en plena primavera
por respirarte,
y acabar así desbancando
a todos los inviernos.
Respirarte boca a boca
y sentirte cuerpo a cuerpo.
Sin preámbulos ni
protección ante los miedos.
Dejar que las cosas
surjan sin más y
evadirnos.
Cambiar la rutina simple
por una rutina contigo,
pero sin caer nosotros
en ella.
A mí tampoco me importa
la rutina
si tengo un beso a las 7:30,
dos al mediodía,
y un cuerpo que comerme al verte entrar por la puerta
y acabar haciendo de ti
un vicio.
Y eso no sé si es del
todo bueno,
pero, joder,
¿quién es ella y qué
está haciendo con nosotros?
¿Quién es en realidad esa
a la que llaman poesía
Y se pasa la vida en
boca de todos?
Perdona.
Perdona por el desorden
sentimental
y estos escombros que un
día fueron castillos,
pero los levantaron en
el aire
entre cimientos de
promesas,
y ya sabes que no es el
mejor punto de apoyo.
Pero bueno,
este es mi mundo,
bienvenido.
No te asustes ni tampoco asustes a mis monstruos,
que se enamoran al primer suspiro.
Mi vida es una ruleta
y giró ante la suerte,
pero terminó por hacerlo en sentido
contrario a las agujas del reloj.
Cabeceando mundo
abajo y sonriéndole a las piedras
con las que tropieza
una y otra y otra vez.
“Sé y te imagino que
eres un desastre,
corriendo siempre,
olvidadiza,
y que vas como una loca,
pero mantener la sonrisa
es más importante
que el orden,
y que tengas eso,
me parte en dos”, me dices.
A ver quién coño se
atreve a negarte
tanta evidencia.
Sigo siendo yo,
la caótica M.
Duele imaginar cómo asesinas al tiempo en plena primavera. Pero qué bonito, joder.
ResponderEliminar"...el desorden sentimental
ResponderEliminary estos escombros que un día fueron castillos..."
¡Y preguntas quién es la poesía!
Yo tengo la respuesta, Tú.
Besos
Pues a mi no me importa encerrarme
ResponderEliminaren primavera, en verano, aunque los otoños y los
inviernos inviten más a a ello, a mi no me importa
encerrarme con él y la poesía.
un abrazo
Explícita manera de degustar -o de vomitar que también vale- la cadena de sentimientos que nos aplastan. Caótica o no, es poesía.
ResponderEliminarUn abrazo
La belleza de lo caótico :)
ResponderEliminarPues estoy tan acostumbrado al caos que lo veo ya como algo natural, me sorprende y me gusta a rabiar la forma de contarlo.
ResponderEliminarYa tienes un nuevo seguidor.
Un beso
Fantástico.
ResponderEliminarComo en cada entrada, poesía y sinceridad se entremezclan y sale algo, capaz de transmitir, que a fin y al cabo, supongo que es lo que pretendes. En fin, genial como siempre.
ResponderEliminarPor cierto, yo soy delos que creen que todos somos de color gris, pero que el tiempo y la gente con la que nos juntamos nos dan color :)
Un abrazo Marisa
¿Y quién dice que dos no se valgan para salvar la poesía?
ResponderEliminar¡Es un poema de la hostia!
Cuídate.
No hay palabras para ti , de verdad.
ResponderEliminarEnhorabuena una vez más.
Un abrazo !
"Perdona por el desorden sentimental
ResponderEliminary estos escombros que un día fueron castillos,
pero los levantaron en el aire
entre cimientos de promesas,
y ya sabes que no es el mejor punto de apoyo."
Qué grande. Mi enhorabuena.
Dominas la sangre y la luz...
ResponderEliminarY siempre huele a primavera.
Juro que al leerte ayer vi cómo a un lado el arte se moría de envidia.
ResponderEliminaruna poesía un poco extensa para mi gusto, pero linda de todas formas.
ResponderEliminargracias por el lindo comentario en mi blog, un besote!
Poesía en su seis letras.
ResponderEliminarQué gusto leer estas cosas...
Poesía es esa que hace sentir en cada verso. Que resquebraja los cimientos de alguien y a veces se vuelve puñetazo en el estómago (y otras beso).
ResponderEliminarSupongo que poesía es esto que has hecho hoy.
Me encantó.
Hola:
ResponderEliminarEscríbeme si puedes a pintoresde@gmail.com
No he podido ponerme en contacto contigo de otra manera.
Cuídate.
Descomunal como escribes, tenía una visita pendiente desde hacía días y me voy con un gran sabor en la boca, sabor a poesía de la buena!
ResponderEliminarUn beso y gracias por no faltar nunca en mi Taller :)
Si la poesía se asemeja al color de tus labios puedo imaginarlo... Me gusta mucho el como explotas al decir las cosas y pedir perdon, mas eso no significa que vaya a cambiar o dejes de sentirlo. Lo importante es expresarlo y que a nosotros como lectores nos hagas entrar en tu cabeza, tu mundo por un momento y compartamos esas.sensaciones.
ResponderEliminarSaludos.