jueves, 16 de enero de 2014

Con descaro, te necesito.

No me voy a privar estas ganas de decirte
ni me voy a censurar 
a la hora de contarte
ni a las dos horas
ni a las tres
ni, joder...

No me voy a callar esta noche 
porque no estás tú para callarme.
Puede que caiga rendida en un sueño
y no a tus pies pero,
déjame decirte,
que masturbarse es como pedir últimas copas 
que no acaban nunca
al fondo de la barra en un bar
mientras otros bailan canciones que odias
y no suena nunca tu canción favorita.

Eso,
me entiendes.
Pregunto.
Eso y que...

Ojalá esta noche estuvieras aquí,
guitarra en mano
para tocar como te atreves a tocarme,
para inventar 
otra forma
de crear 
melodías compatibles
con la fuerza de tus orgasmos.

Ojalá esta noche estuviera allí
haciendo equilibrio en las baldosas de las calles
que me llevan hasta tu casa
para bailarte bajo las sábanas
en las líneas de las palmas de tus manos
todos los tangos
que estuvieras dispuesto a lamerme.

Sé del cielo de tu boca
y también que te echo de menos.

Ojalá esta noche un abrazo
también encajase entre tus piernas
-tan bien-
nuestros cuerpos.
Desnudos.
Sedientos.
Hambrientos.
Violentos.

2 comentarios:

  1. Hay noches interminables, hay noches en que las sábanas y las ausencias queman la piel... Pero bienvenida sea la poesía que nace en esos momentos!!

    Te dejo un abrazop enorme, y te espero por el Taller que tus palabras se echan de menos ;)

    Muak!!

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  2. No me canso de admirar tu poesía directa, y la verdad siento algo de envidia sana al leerla.

    Eres muy buena.

    Cuídate.

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