jueves, 27 de junio de 2013

Hace tiempo que tú, y ahora no (tanto).

Por irte 
sin querer que lo hicieras
mírate, aún te sigues quedando más del tiempo necesario.
Haciendo un paseo entre borradores 
te he sacado del saco
 a la luz
de un sol que ahora me hace brillar siempre que me dejo.
A ver si así se consume tu recuerdo
de una jodida vez.

Perdóname, poeta, si aún me ves vagando entre tus versos
y tus excesos
intentando encontrarme.
Me perdí en tu universo y no es fácil abandonar los infinitos
que se crean cuando escribes.
Cuando sé que eres capaz de sentir, darle vida a las letras
después
de haber sido yo la que te ha roto ese órgano en mil pedazos, corazón.
Perdóname las noches que no te hice
y en las que intenté rehacerme yo, a solas,
si ti.
Qué puta lo-cura.
Y es mentira eso de que las cicatrices dejan de sangrar con el tiempo.
Me han inyectado poesía en las venas
en una de tantas noches de insomnio
sin sueños a ojos cerrados.
Y aquí me tienes, 
calcinando tus recuerdos en otro intento de vómitos
de kilómetros y días
del que o salen los miedos
o no dejo de vomitar flores.
Reavivándote sin querer, queriendo, una vez más.
Echarte de mi vida no es tan fácil
como echarte de menos.
Porque aunque quiera que te vayas
-y tú te quieras ir-
releer lo que te escribo, 
lo que te escribí,
siempre hace que te quedes mucho más tiempo del necesario.
Y eso, no lo dudo,
será algo con lo que tenga que aprender a vivir
por concederte, que no alquilarte,
por amor a amarte
unos cuantos versos de tinta
en papel en blanco.
Por hacerte más eterno que infinito, 
por quererte entre kilómetros,
en trenes de paso
que me llevan - ahora- a todos los puntos de una Roma, amor
en la que no estás tú.
Por cederte mi coraza con un corazón en ruinas
sin antes abrirte la vida
entre las piernas.
Por esperar demasiado cada noche
para seguir estando tan a solas.
Tus coordenadas ya no se reflejan en el radar 
de las catorce vidas que me hiciste creer que tenía
a mi espalda.
Lo peor de todo, es que a los gatos les da pánico el agua.
Y a mí, como a ti,
me dio miedo cruzar de punta a punta un océano
mientras me llovías las ganas a más de mil kilómetros de distancia.
Y es evidente
quemarme por jugar con fuego
incluso bajo tus miles de tormentas.
Y tú de mí hiciste algo así llamado arte
en cada uno de tus poemas.
"Lo realmente jodido es cuando
poeta, poema y poesía son lo mismo, 
la misma,
y nacen justamente después de ti", dijiste.


Marzo, 2013.

7 comentarios:

  1. 'por concederte, que no alquilarte, por amor a amarte'
    Simplemente genial. Un abrazo:)

    ResponderEliminar
  2. ESTO ES REALMENTE PRECIOSO, TODOS, TODOS, TODOS ME GUSTAN, PERO ESTE SE MERECE QUE YO ESTÉ AQUÍ GRITÁNDOLO EN MAYÚSCULAS.

    Y SI, TAMBIÉN ESTOY LLORANDO, Y LO VUELVO A GRITAR PORQUE QUIERO QUE SE ENTERE EL MUNDO DE QUE TÚ SABES HACERME TEMBLAR A TRAVÉS DE LOS OJOS.

    ¡Enhorabuena, esto es una jodida pasada!

    ResponderEliminar
  3. Siempre hace que te quedes mucho más tiempo del necesario... Se lo podríamos decir a la vida, también.
    Salud-os

    ResponderEliminar
  4. Hace algún tiempo comprendí que al escribir inmortalizaba a un ser en concreto que conocí hace mucho tiempo, un ser único y mágico en cada una de sus facetas. La eternidad es una extraña adicción...porque escribirle no era estar con él, pero se le parecía. Aquellos relatos se convirtieron en retazos de realidad mezclados con recuerdos y sueños. Hoy, son tan solo tesoros que desentierro de vez en cuando, sin poder evitarlo…como una forma de hacerle eterno a él, y al yo mío que le perteneció.
    Tu escrito de hoy me lo ha recordado...y tanto se me ha estremecido el alma, que solo un verso mudo (de esos que cuenta la leyenda que existen) podría expresar la maravilla que ahora mismo siento. No es que sea hermoso, es que es jodidamente arrebatador. No es que sea jodida-mente arrebatador, es que es criminalmente magistral. Me ha desquiciado el corazón letra a letra...y no sé quién pronunció: "lo jodido es cuando poeta, poema y poesía es lo mismo"...pero tenía toda la razón.
    Me voy toc(h)ada. Y me encanta.
    Un abrazo inmenso!!!

    ResponderEliminar
  5. Palabras rotas van tejiendo de tormentas la naturaleza de cada rugido que provocas, tic tac, tic tac, son dulce flagelación de tus metáforas...

    Un placer haberte encontrado y ahora leerte.

    bsos

    ResponderEliminar
  6. Los poemas no dejan de ser cicatrices de heridas que sangran después de que alguien se marche. En este caso, el poeta se convierte en asesino sin quererlo, y nosotros en cómplices al leerte.

    Gran poema.

    Cuídate.

    ResponderEliminar
  7. Siempre quemándome en tus poemas. Al tronar de esa tormenta que tienes en la punta de tu pluma, el rayo en forma de escalofrío recorre mi piel cual riera después del deshielo.
    Besotes...

    ResponderEliminar