Por irte
sin querer que lo hicieras
mírate, aún te sigues quedando más del tiempo necesario.
Haciendo un paseo entre borradores
te he sacado del saco
a la luz
de un sol que ahora me hace brillar siempre que me dejo.
A ver si así se consume tu recuerdo
de una jodida vez.
Perdóname,
poeta, si aún me ves vagando entre tus versos
y tus
excesos
intentando
encontrarme.
Me
perdí en tu universo y no es fácil abandonar los infinitos
que se
crean cuando escribes.
Cuando
sé que eres capaz de sentir, darle vida a las letras
después
de
haber sido yo la que te ha roto ese órgano en mil pedazos, corazón.
Perdóname
las noches que no te hice
y en
las que intenté rehacerme yo, a solas,
si ti.
Qué
puta lo-cura.
Y es
mentira eso de que las cicatrices dejan de sangrar con el tiempo.
Me han
inyectado poesía en las venas
en una
de tantas noches de insomnio
sin
sueños a ojos cerrados.
Y aquí
me tienes,
calcinando
tus recuerdos en otro intento de vómitos
de
kilómetros y días
del que
o salen los miedos
o no
dejo de vomitar flores.
Reavivándote
sin querer, queriendo, una vez más.
Echarte
de mi vida no es tan fácil
como
echarte de menos.
Porque
aunque quiera que te vayas
-y tú
te quieras ir-
releer
lo que te escribo,
lo que
te escribí,
siempre
hace que te quedes mucho más tiempo del necesario.
Y eso,
no lo dudo,
será
algo con lo que tenga que aprender a vivir
por
concederte, que no alquilarte,
por
amor a amarte
unos
cuantos versos de tinta
en
papel en blanco.
Por
hacerte más eterno que infinito,
por
quererte entre kilómetros,
en
trenes de paso
que me
llevan - ahora- a todos los puntos de una Roma, amor
en la
que no estás tú.
Por
cederte mi coraza con un corazón en ruinas
sin
antes abrirte la vida
entre
las piernas.
Por
esperar demasiado cada noche
para
seguir estando tan a solas.
Tus
coordenadas ya no se reflejan en el radar
de las
catorce vidas que me hiciste creer que tenía
a mi
espalda.
Lo peor
de todo, es que a los gatos les da pánico el agua.
Y a mí,
como a ti,
me dio
miedo cruzar de punta a punta un océano
mientras
me llovías las ganas a más de mil kilómetros de distancia.
Y es
evidente
quemarme
por jugar con fuego
incluso
bajo tus miles de tormentas.
Y tú de
mí hiciste algo así llamado arte
en cada
uno de tus poemas.
"Lo
realmente jodido es cuando
poeta,
poema y poesía son lo mismo,
la
misma,
y nacen
justamente después de ti", dijiste.
Marzo, 2013.
'por concederte, que no alquilarte, por amor a amarte'
ResponderEliminarSimplemente genial. Un abrazo:)
ESTO ES REALMENTE PRECIOSO, TODOS, TODOS, TODOS ME GUSTAN, PERO ESTE SE MERECE QUE YO ESTÉ AQUÍ GRITÁNDOLO EN MAYÚSCULAS.
ResponderEliminarY SI, TAMBIÉN ESTOY LLORANDO, Y LO VUELVO A GRITAR PORQUE QUIERO QUE SE ENTERE EL MUNDO DE QUE TÚ SABES HACERME TEMBLAR A TRAVÉS DE LOS OJOS.
¡Enhorabuena, esto es una jodida pasada!
Siempre hace que te quedes mucho más tiempo del necesario... Se lo podríamos decir a la vida, también.
ResponderEliminarSalud-os
Hace algún tiempo comprendí que al escribir inmortalizaba a un ser en concreto que conocí hace mucho tiempo, un ser único y mágico en cada una de sus facetas. La eternidad es una extraña adicción...porque escribirle no era estar con él, pero se le parecía. Aquellos relatos se convirtieron en retazos de realidad mezclados con recuerdos y sueños. Hoy, son tan solo tesoros que desentierro de vez en cuando, sin poder evitarlo…como una forma de hacerle eterno a él, y al yo mío que le perteneció.
ResponderEliminarTu escrito de hoy me lo ha recordado...y tanto se me ha estremecido el alma, que solo un verso mudo (de esos que cuenta la leyenda que existen) podría expresar la maravilla que ahora mismo siento. No es que sea hermoso, es que es jodidamente arrebatador. No es que sea jodida-mente arrebatador, es que es criminalmente magistral. Me ha desquiciado el corazón letra a letra...y no sé quién pronunció: "lo jodido es cuando poeta, poema y poesía es lo mismo"...pero tenía toda la razón.
Me voy toc(h)ada. Y me encanta.
Un abrazo inmenso!!!
Palabras rotas van tejiendo de tormentas la naturaleza de cada rugido que provocas, tic tac, tic tac, son dulce flagelación de tus metáforas...
ResponderEliminarUn placer haberte encontrado y ahora leerte.
bsos
Los poemas no dejan de ser cicatrices de heridas que sangran después de que alguien se marche. En este caso, el poeta se convierte en asesino sin quererlo, y nosotros en cómplices al leerte.
ResponderEliminarGran poema.
Cuídate.
Siempre quemándome en tus poemas. Al tronar de esa tormenta que tienes en la punta de tu pluma, el rayo en forma de escalofrío recorre mi piel cual riera después del deshielo.
ResponderEliminarBesotes...