cuando le doy vueltas
y vueltas
a todo
te pedí estabilidad
y equilibrio
para dejar de tambalearme,
aunque sólo fuera un momento.
Me estaba mareando
el pasar de las horas,
la noche,
la vida;
y tú me pediste que dejase de jugar
con las metáforas.
Qué culpa tengo por querer sobrevivir
a las pesadillas,
al insomnio.
Que la vida no necesitaba más adornos
sino la puta verdad, decías.
Y la puta verdad es que sigues sin estar aquí.
Y yo
sigo jugando con las metáforas
(alejándome de todo).
"Con las metáforas no se juega. El amor puede surgir de una sola metáfora".
- La insoportable levedad del ser -
Después de ese sabor amargo, después de ese casi odio contenido que destilaban los versos árticos, ahora me encuentro con estos nudos tan intimistas, tan de "esto es verdaderamente lo que se me retuerce por dentro".
ResponderEliminarDebes ser tan bipolar como yo (dicho con cariño).
;)
La verdad es la gran hetaira de Babilonia.
ResponderEliminarme gustas mucho más cuando te condensas.
ResponderEliminary esto es una pta maravilla.
besos Marisa, y por favor, sigue jugando a las matáforas, no
dejes nunca de hacerlo
El insomnio nos hace intensificar sentimientos, aclara nuestra mente.
ResponderEliminarEncantador poema
Y sigo sintiéndome jodidamente identificada con cada una de tus palabras... ¿cómo hago yo, querida mía, para leerte sin los pelos de punta?
ResponderEliminarUn abrazo enorme Marisa :D
A veces necesito metáforas para encontrarme por las noches, entre el amor y yo sólo existe una hoja en blanco...
ResponderEliminarMe gusta este tamaño del poema. Abrazos.
Una ausencia que juega con la metofora de una huida
ResponderEliminarmi beso
Cuando no está cerca "esa persona" las metáforas son lo único que te acerca...o al menos te hace más llevadera la espera y la falta de respuestas.
ResponderEliminarSalud