miércoles, 7 de agosto de 2013

Para que entiendas que no somos tan desconocidos

"Cuando cada corazón
cambia el curso de su propia corriente,
cuando comienza
la carrera por conseguir
cada centímetro de piel,
cuando combatir
contra el circular del cosmos
se antoja sencillo y sin complicaciones".

- César Ulla -

"Puedo parecerte un niño si te pido, por favor, un orgasmo
y me abracadabro solo contigo
porque solo
no tengo ni puta idea de magia,
aun así sigo contando mis sueños como quien cuenta números romanos,
con letras X por todas partes".

- Escandar Algeet -


Ojalá sigas persiguiendo minifaldas
como siempre desde que te conozco
confesando que has bebido
en la barra del bar del que ella parece tener las llaves
con tan solo descruzar sus piernas
cerca de tu sed
de felino enjaulado.
Y cuando las cierra
tú sigues dentro
pensando que estás en casa
y que tienes barra libre para la mejor borrachera de tu vida
con la resaca más dulce que exista.

Como tu madre te trajo al mundo
desnudo
y con esa manía de andar descalzo
entre cristales rotos
mientras intentas beberte todas las lágrimas cuando ella te llora
en forma de lluvia
en la boca.

Ahora le encuentras sentido a los domingos.

Cómo vas a odiar las tormentas,
es difícil hacerlo.
Te lo aseguro.

Es precioso ver llover y mojarte,
dejarse calar hasta los huesos
no sólo a través de una ventana,
ya me entiendes.
Porque sería un tremendo error no come(te)rte.

Te dije que encontrarías a alguien que controlase el tiempo
con el ruido de sus tacones al caminar
cerca de tu vida
en alguna ciudad que aún no conoces demasiado bien.
También la temperatura, no es casualidad
que le digas sol cariñosamente.

Y no me creías
cuando te hablaba de magia,
pero es que en el fondo todo se resume a eso: magia.

Y yo la descubrí cuando te miré a los ojos
y vi un cielo tan azul en tu mirada capaz de hacer olvidar los días grises...

Enseguida sonríes
como quien mete un gol en su primer partido de fútbol,
como cuando eras niño,
y quieres más.
Tú nunca tienes suficiente,
siempre es doble o nada,
y demasiado te sigue pareciendo poco.

Llevas un secreto escondido en la piel
y sueles mentir arrodillado a la altura de sus caderas,
profanando un templo en el que ella es diosa de la única religión que conoces
y aceptas practicar.

Rara vez vuelves a los caminos que un día te hicieron feliz si te vas
o te dejan
las puertas cerradas tras el portazo de una huida
para que saltes al vacío
por la primera ventana abierta que veas.

Menos mal que un día juntos intentamos cosernos las alas
para cualquier tipo de vuelo
sin paracaídas.
Espero que sepas remendar lo descosido
si vuelves al suelo
en un aterrizaje fortuito del que no sales libre de heridas.

Te quedan bien las cicatrices,
el paso de los años
galopando por tu piel

Te lo dije:
aquel no sería el último café que me tomase contigo.
Y me alegro de que vuelvas con esa mueca que se torna sonrisa de felicidad
sin un reloj que cuente el pasar de las horas,
pidiendo cerveza
para contarme orgulloso cómo el tiempo
te ha hecho capaz de curarte a solas las heridas.

Y es que llorar nunca te sentó mal pero tienes una sonrisa preciosa
que merece mucho más la pena ver de cerca,
amigo.



7 comentarios:

  1. Los retornos de aquellos a quien quedan bien las cicatrices siempre son bienvenidos.
    Salud-os

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  2. Sigues como siempre: escribiendo con el alma.

    Un abrazo Marisa.

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  3. Sigo preguntándome cuántos corazones tienes tú, porque en uno sólo no sabe todo esto.

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  4. Heridas que siempre quedan abiertas en la barra de algún bar.
    Y luego me dices que no...
    preciso y precioso.
    Besotes

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