Reiterar que la distancia crea poetas
es regalarte el título de muso a distancia,
mientras yo me juego los nudillos
en cada punto y aparte de cada verso.
En los que hablo de ti.
A tientas y tirando de kilómetros
he sobrevivido en otros ojos,
en otras bocas,
en otros brazos.
Como lo has hecho tú.
Las letras titubean sobre si salir y ser escritas a pluma
o seguir desgarrando mis cuerdas vocales,
mi interior.
Desgarrándome. A mí.
Y tú no lo entiendes.
Tampoco lo termino de hacer yo.
Que no es fácil leerme entre líneas y saber
que tengo razones para quererte
y quererte odiar.
Que los espacios en silencio me incomodan
(porque en mi mente hay una voz que grita,
grita más fuerte si no estás tú),
como los espacios en blanco.
No escribo el remite
ni tu dirección,
porque en el reverso de la piel
sólo se marcan los besos que de versos han nacido
y los versos que te he besado.